En materia de finanzas, nos referimos al capital privado inmobiliario como un activo compuesto por la inversión en capital o en deuda con un importante componente inmobiliario. Es muy común que dichas inversiones sean en realidad planificaciones de gestión activa a partir de un pequeño movimiento o re-colocación del activo; es decir, re-arrendamiento de los bienes inmuebles, de ahí hasta lo que podría ser la puesta en marcha de promociones inmobiliarias o importantes superficies urbanísticas.
Parece ser que la crisis inmobiliaria de España se puede recuperar en cierta medida gracias a las inversiones del fondos privados. Puede ser una interesante alternativa que ayude a recuperarse a un sector que proporcionó en nuestro país cientos de miles de puestos de trabajo.
Tenemos escasas industrias y un reducido consumo interno debido a la ausencia de dinero por parte de las familias, además de la escasa financiación de nuevos proyectos emprendedores, por ello la recuperación del sector de la construcción, además de aliviar nuestra actual situación, puede atraer nuevas inversiones de capital privado a nuestra economía nacional.
¿De qué manera se está viendo esto reflejado en nuestra economía? 
Empresas de capital de riesgo, inversores de dinero, fondos de inversión y grandes inversores a nivel internacional están motivándose nuevamente para invertir millones de euros en posibles y nuevas oportunidades inmobiliarias para obtener beneficios mediante inversiones privadas. A pesar de todo, parece ser que las importantes empresas exportadoras de España y el sector turístico, aún no están sacando verdadero beneficios de ésta nueva situación.
Es fundamental buscar alternativas para que las inversiones de capital privado extranjeras reviertan en otros sectores de nuestra economía. Muchos bancos se muestran interesados por el capital extranjero que quiere formar parte de las inversiones inmobiliarias. Esto sucede debido a la bajada de precios que está teniendo lugar con los inmuebles.
Es muy probable que que los precios volverán a recuperarse pasado un tiempo y están interesados en aprovechar las re-valorizaciones futuras de los inmuebles. Esto supone una carrera donde los competidores son inversores de capital particular y bancos; por supuesto nadie quiere perder la partida en este potencial mercado y la alerta ha saltado especialmente cuando el banco malo (Sareb) ha puesto de relieve sus ventas cerradas con fondos de HIG, o también en Madrid con el Goldman Sachs.