No es difícil explicar el éxito del capital privado. Los tiempos actuales de crisis financiera han creado una situación de precariedad y emergencia para muchas familias y empresas, lo cual hace que sea más fácil lanzarse a pedir mini créditos de capital particular. Esto ha significado una gran oportunidad de negocio para estas empresas de capital particular, las cuales se esfuerzan cada día por informar mejor a sus clientes y realizar campañas publicitarias cada vez de mayor impacto.
Se trata de un mercado muy competitivo y estas empresas de préstamos de capital privado hacen todo lo posible para desmarcarse de la competencia. Se otorgan pequeños créditos de hasta 600 €, algunas incluso dejan dinero gratis, con descuentos del 25% y que además conceden préstamos a clientes que se encuentran en bases de datos de impagados o morosos.
Contrariamente a lo que muchos puedan pensar, estas compañías de capital particular suelen conceder aquello que están diciendo en sus campañas informativas; además conocen bien a sus clientes y saben qué necesidades les apremian, por ello las facilidades que otorgan suelen ser una tabla de salvación que viene a aliviar en cierta manera la coyuntura económica o necesidades urgentes que puedan estar padeciendo.
Hay que matizar que los cargos del 0% efectivamente son unos créditos gratis de capital privado, sin embargo suelen ser para unos cuantos días y unas cantidades pequeñas; es importante remarcar que la atención al cliente suele ser bastante informativa en cuanto a aquellas situaciones en las que el plazo o cantidad pactada de préstamo se superan. En aquellas circunstancias en las que se incumpla los puntos del contrato, los clientes pueden encontrarse con que el precio final es exactamente el mismo que cualquier otro mini crédito que ofrece el mercado financiero ordinario.
Es clave saber dónde dirigirse para conseguir un crédito, sobre todo cuando necesitamos una cantidad importante, esto puede ser determinante a la hora de lograr la concesión del préstamo.
Quizás en esta situación la primera opción es solicitar el préstamo en un banco o una caja de ahorro, pero a menudo, constituye una pérdida de tiempo, ya que las entidades financieras suelen denegar los préstamos que no ofrecen garantías. A diferencia del capital privado los bancos suelen ser muy rígidos en lo que concierne a la concesión de créditos. Sus términos y condiciones son poco ventajosas y las tasas de interés suelen estar muy altas, además de incluir sanciones rigurosas e irrevocables en aquellas situaciones en que el pago no se lleve a cabo.