Los datos sobre economías familiares que los expertos han podido analizar durante varias décadas ponen de manifiesto que buena parte de los descalabros económicos familiares se deben a una mala gestión de los ingresos del hogar. Aunque existen factores extrínsecos a los meramente personales (situación económica, nivel de estudios, número de hijos…) para la mayoría de familias que se encuentran con dificultades económicas o financieras, que no entran dentro de uno de los grupos de riesgo y que a priori tienen ingresos suficientes, la causa principal de encontrarse con dificultades económicas es el sobreendeudamiento. En este artículo te vamos a dar varios consejos a seguir para no comprometer tu economía familiar (o personal, en el caso de que seas soltero/a sin hijos/as). De esta forma podrás hacer frente a imprevistos de forma mucho más eficiente y programarte tus finanzas a más largo plazo.

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No dediques a devolver deudas más del 33% de tu renta

Las dificultades económicas en las que nos vemos inmersos a la hora de cubrir gastos imprevistos muchas veces nos llevan a pedir financiación para poder mantener la estabilidad económica. Una de esas vías de financiación es a través de un préstamo. Una de las épocas del año donde la necesidad de préstamos incrementa casi un 40% es en Enero, tras los gastos navideños -casi siempre mal programados- que hacen que ese mes y los siguientes requieran de un empujón para volver a llevar a nuestra cuenta corriente a los números positivos. Durante los meses de Diciembre y Enero se tramitan de media un 35% más de préstamos capital privado al día en comparación con otros meses del año. Sin embargo los expertos recomiendan que nuestro endeudamiento nunca debería superar el 33% de nuestros ingresos mensuales, y en el caso de tratarse de préstamos a corto plazo, que son siempre algo más caros, la recomendación es que nunca se firmen préstamos que no se pueden devolver en menos de tres meses.

Reserva y no toques el 10% de tus ingresos

Ahorrar se convierte en una manera eficaz de gestionar las deudas y los imprevistos a largo plazo. Además resulta una forma gratuita de autofinanciarse. El ahorro se convierte por tanto en un colchón de seguridad que nos evita caer en el sobreendeudamiento futuro en el que todo el mundo incurre. Cuando nos sobreendeudemos los ahorros disponibles nos permitirán amortiguar el golpe.

No es recomendable fraccionar las deudas

En el hecho de alargar el pago de las deudas mucho más allá del plazo final no es un problema pero siempre es recomendable contar con fondos adicionales como una paga extraordinaria o ingresos superiores. Por ejemplo si tenemos una deuda de 2.000 euros y una cuota fija de 200 euros mensuales a 11 o 12 meses y añadimos otros 2.000 euros, los intereses incrementarán y el pago final se alargará hasta los 25 o 26 meses, más de dos años. En estos casos debemos mantener el control de las deudas y planificar todos aquellos gastos que podamos por anticipado. Recurrir a la tarjeta de crédito no es la mejor de las opciones ya que el interés que ofrecen no es el más competitivo del mercado.