Si últimamente has acudido a pedir un préstamo o crédito, puede ser que hayas oído hablar del concepto de aval bancario. Si no has acudido a pedir un préstamo pero tienes pensado hacerlo en los próximos días o semanas, entonces esta información también te será de utilidad.
En el post de esta semana en CapitalPrivadoMB vamos a repasar el concepto de aval bancario.
Guía de Contenidos
¿Qué es un aval bancario?
Un aval bancario es una garantía financiera ofrecida por una institución de crédito (un banco) a una persona física o jurídica que quiera pedir un préstamo o quiera acceder a ciertos servicios financieros. El aval bancario lo que hará es garantizar el cumplimiento de las obligaciones financieras del deudor en caso de impago de este. Dicho de otro modo: si el prestatario no paga la deuda o parte de ella, el banco lo hará.
Un aval bancario puede ser firmado con el mismo banco con el que se solicita el préstamo o financiación, o también puede ser firmado a través de una entidad bancaria ajena a la operación.
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En el caso de que el aval bancario se firme con el mismo banco que da financiación, la garantía supone aceptar un riesgo adicional para el banco en sí, por lo que el préstamo con este tipo de garantía tendrá mayores tipos de interés y en general un coste mayor.
Un aval bancario puede tener una duración determinada o tener un plazo indefinido, dependiendo de lo que se acuerde con el banco.
Para qué y cuándo se usa un aval bancario
Una garantía o aval bancario permite al cliente adquirir bienes de cualquier tipo para su empresa, para alquileres, para comprar equipos para el desarrollo de su actividad o simplemente disponer de un préstamo, ofreciendo la garantía al prestamista de que su dinero está garantizado a través de una institución bancaria.
Así, al disponer de un aval bancario, una institución de crédito (banco) se compromete a hacerse cargo de la deuda si el prestatario incumple con los pagos o devolución de su préstamo.
Los avales bancarios se usan de forma muy habitual en los siguientes escenarios.
Solicitudes de financiación y compraventa de bienes y activos
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El escenario más habitual es el de la garantía bancaria para cubrir el impago de productos de financiación de cualquier tipo. Es muy habitual en el caso de empresas, y se utiliza para ofrecer una garantía extra en todo tipo de operaciones como compra de maquinaria, financiación de equipos, compras en el extranjero, pagos aplazados, compromisos de pago mediante letras de cambio…
Alquiler de vivienda o inmueble
Existen ocasiones en las que el propietario de un inmueble que el cliente quiere arrendar, exige que el arrendatario disponga de un aval bancario. De este modo el arrendador se protege ante posibles impagos del morador.
Garantía ante concursos públicos
Algunos concursos o licitaciones públicas exigen que el solicitante disponga de ciertas garantías que cubran posibles desperfectos o que cubran sobrecostes de los trabajos. Las dos garantías más habituales en el caso de licitaciones públicas son los seguros de responsabilidad civil y los avales bancarios.
Tipos de avales bancarios
Hay diferentes tipos de garantías bancarias, siendo las dos más habituales las siguientes.
Avales bancarios de tipo económico
Son todos aquellos avales bancarios en los que la entidad bancaria se compromete al pago de cierta cantidad económica en el caso de que el cliente incumpla su compromiso de pago. Un ejemplo de este tipo de aval son los anteriormente mencionados avales para alquileres o para préstamos, o los avales para compraventas.
Avales bancarios de tipo técnico
Son todos aquellos avales bancarios en los que la entidad bancaria se compromete a responder de fallos en un producto o servicio prestado por el cliente. Se podrían considerar a los avales bancarios técnicos como una “garantía” en el caso de fallos en un producto o sobrecoste en un proyecto. Un ejemplo de este tipo de aval bancario es el anteriormente mencionado aval para licitaciones públicas de trabajos. También son habituales los avales bancarios dentro del mundo de la promoción inmobiliaria, donde un banco se compromete a que el cliente terminará los trabajos en plazo y forma y no habrá problemas una vez terminada la promoción.
Ejemplos de avales bancarios
Una empresa que disponga de un aval bancario utiliza dicho aval como garantía de pago ante multitud de situaciones, como pueden ser:
- El aval que actúa como garantía de pago que asegura al vendedor el pago del precio de compra en una fecha determinada.
- Un aval bancario que se utiliza como garantía para el reembolso de un préstamo.
- Un aval bancario que se utiliza como “fianza” para un alquiler y que por tanto sirve como garantía para el pago de un contrato de alquiler.
- Un aval bancario que protege los costes del comprador en caso de que los servicios o bienes no se suministren según lo acordado en el contrato.
Ejemplo real de aval bancario en operación de compraventa de bienes a gran escala
Imagínate una franquicia de restaurantes que quiere renovar todo el parque de equipamientos de las cocinas de sus locales y el coste de la operación es de 5 millones de €.
El proveedor de dichos equipamientos de cocina, al tratarse de una operación de gran envergadura, puede exigir a la franquicia que proporcione una garantía bancaria que cubra los pagos antes de enviar los equipamientos a los distintos restaurantes.
La franquicia solicita un aval bancario a la institución crediticia con la que trabaja de forma habitual y la envía al proveedor como garantía de que va a cobrar los equipos. El banco es el aval de la franquicia, y en esencia lo que ocurre es que co-firma el contrato de compra con el proveedor.
El coste de un aval bancario y cómo tramitarlo
Gestionar un aval bancario requiere acudir a una entidad bancaria (por razones obvias, ya que será ésta la que ponga en marcha la operación) pero también es necesario realizar otros trámites.
En la gran mayoría de ocasiones el banco exigirá que el avalado firme ante notario algún tipo de garantía, la más común es la denominada “Póliza de afianzamiento”.
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En el contrato de aval también se deberá especificar:
- El tipo de operaciones que cubrirá el aval
- Las comisiones y costes iniciales
- Bajo qué circunstancias el aval bancario entrará en juego
- Los límites de responsabilidad del banco en el caso de tener que ejecutar el aval
- Las comisiones y costes para el cliente en el caso de que el banco tenga que utilizar el aval
En el caso de que el banco tenga que ejecutar el aval después exigirá las cantidades correspondientes al cliente, con intereses y comisiones por el servicio.
Operaciones que no requieren de aval bancario
Algunos tipos de préstamos no requieren de aval bancario, por ejemplo los préstamos hipotecarios o algunos préstamos personales. Vamos a ver algunos ejemplos.
Préstamos hipotecarios
En un préstamo hipotecario el aval es la hipoteca en sí (el derecho que tiene el prestamista sobre el inmueble), así que en el 99% de los préstamos hipotecarios no se pide nada más*.
Poner a disposición del prestamista una garantía real (un inmueble) hace también que los tipos de interés sean más bajos para los préstamos hipotecarios en comparación con otros préstamos.
*Se exige que el solicitante disponga de ingresos, una situación económica medianamente saneada y que no se encuentre en situación de quiebra total, pero aparte de eso no se exige nada más. Por esa razón los préstamos hipotecarios son un tipo de préstamo rápido y fácil de estudiar.
Préstamos personales
En el caso de los préstamos personales, normalmente no se exige un aval bancario, sino que la situación financiera del solicitante sea buena y que se ofrezcan garantías mediante nóminas, ingresos, contratos de trabajo, histórico positivo de préstamos devueltos sin sobresaltos… El banco con el que se firma el préstamo es el encargado de estudiar la situación financiera del solicitante para determinar el riesgo financiero que supone darle financiación.
Otros métodos de protegerse ante impagos si no se dispone de aval bancario (o nuestro cliente no dispone de él)
Si un aval bancario te resulta muy caro o no puedes conseguirlo fácilmente, tienes a tu disposición otros métodos para protegerte a la hora de pedir financiación.
Algunos de ellos son los siguientes.
Seguro de impago
Se trata de una póliza de seguro que protege al firmante en el caso de que este incurra en impago de alguna cuota o servicio financiero.
Para que el seguro se haga cargo de las deudas el cliente debe demostrar que se encuentra en situación de quiebra. Este tipo de seguros es muy útil en el caso de que se trabaje en régimen de autónomos, ya que el cliente responde con todo su patrimonio (a diferencia de una sociedad limitada, donde la responsabilidad se limita al dinero aportado a la empresa).
Seguro de alquiler
El seguro de alquiler, como su nombre indica, está orientado al propietario de un inmueble que destina su propiedad al mercado del alquiler. Este seguro ofrece al propietario la posibilidad de recuperar recibos de alquiler impagados y hacer frente a posibles desperfectos en la vivienda cuando ésta es alquilada en el caso de que se dé dicha situación.